jueves, 24 de diciembre de 2015

LO TERRIBLE DEL PECADO QUE DEJA CULPA Y REMORDIMIENTO. CONFESAR A JESUCRISTO SU PECADO ES LA SALIDA.

LO TERRIBLE DEL PECADO QUE DEJA CULPA Y REMORDIMIENTO.
CONFESAR A JESUCRISTO SU PECADO ES LA SALIDA.
EL PECADO DEL  ABORTO ES TERRIBLE.
REMORDIMIENTO, ANSIEDAD Y ANGUSTIA
Por Carlos Rey.
«Tuve relaciones prohibidas con un hombre casado de las que salí embarazada, y aborté porque no quise que mi familia se enterara. Eso me tiene hasta hoy en día con remordimiento.... Tengo un cargo de conciencia, y estoy pasando por un cuadro de angustia y ansiedad.... Quiero que me ayude, ya que tengo una pequeña de diez años a quien estoy perjudicando con mi estado de ansiedad y angustia.»
»La felicitamos por pensar en el bienestar de su hija aun durante la prueba difícil por la que usted está pasando. Comprendió muy tarde que el aborto no era una buena opción, y en el proceso perdió a ese hijo para siempre. Sin embargo, le queda la oportunidad de mejorar las cosas para la hija que aún tiene.
»Muchas mujeres sufren de un remordimiento terrible luego de haberse practicado un aborto. Lloran esa pérdida por años, pero el remordimiento es hasta peor que la pena que sienten. Por supuesto, les remuerde la conciencia, tal como le ha remordido la suya. Ellas saben, al igual que usted, que sus hijos pudieron haber vivido, y en lugar de eso aquellos bebitos jamás tendrán la oportunidad de tomar un solo aliento.
»Aunque nunca dejara usted de sentir el dolor de esa pérdida, Dios está dispuesto a perdonarla debido a que su Hijo Jesucristo murió en la cruz a fin de llevar el castigo por todo el pecado suyo (como también el mío). Sin embargo, eso no es algo automático. Usted debe pedirle perdón a Dios en oración, con arrepentimiento sincero. Cuando lo haga, Dios verá su corazón y la perdonará. Juan el apóstol lo expresó de este modo: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.”1.
»Nos es difícil comprender que Dios esté dispuesto a perdonarnos aun cuando nuestro pecado parece ser demasiado terrible para alcanzar su gracia. Pero a los ojos de Dios, todo pecado nos separa de Él, así que el pecado suyo no la separa a usted de Él más que ningún otro pecado....
»El trauma después del aborto, al igual que otros traumas emocionales y físicos, puede afectar de manera negativa a nuestros hijos si no tenemos mucho cuidado. Le recomendamos que busque un grupo de apoyo para quienes sufren de la pérdida de un ser querido. El tener un lugar donde hablar sin temor acerca de lo que está sintiendo le ayudará a poner a un lado esos sentimientos cuando está interactuando con su hija.
»Asegúrese de no agobiar a su hija con el peso de su ansiedad y tristeza.... Usted cometió un grave error con un hijo, pero eso ya no tiene remedio. Esfuércese más bien al máximo para darle lo mejor de sí misma a la hija que tiene.»
1         1Jn 1:9.


sábado, 6 de junio de 2015

LA AMENAZA DE ABORTO TAMBIÉN TRAE CONSECUENCIAS.

UN ODIO Y RESENTIMIENTO QUE DURA TODA LA VIDA.
«Fui abandonado por mi madre cuando tenía dieciocho meses. Me crié en casa de mi abuela paterna, y fui maltratado física y sicológicamente.... Mi madre... volvió cuando yo tenía doce años, y la conocí, pero su trato siempre fue déspota conmigo. Hace dos años me dijo que ella siempre había querido abortar me, pero que nunca pudo. Eso me ha destruido....
»Tengo una familia hermosa, esposa excelente y tres hijos.... Tengo todo para ser [feliz], pero mi pasado no me deja en paz.... ¡Ayúdeme, por favor! Tengo cuarenta y cinco años, y no conozco la felicidad.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimado amigo:
«... Lo felicitamos por su hermosa familia. Es obvio que usted ha encontrado una esposa que comprende su pasado y que lo apoya emocionalmente en la actualidad. ¡Qué regalo tan maravilloso! Sin embargo, a pesar de sus bendiciones actuales, el pasado se interpuso cruelmente con información hiriente de parte de su mamá. Esa información ahora amenaza con perjudicar su presente, tal como ya perjudicó su pasado.
»Quiero sugerirle tres maneras en las que puede ayudarse a sí mismo ahora. La primera es que se desahogue contándole a Dios en oración todo lo que siente en el corazón. Dígale lo desesperado y decepcionado que se siente. Él es el Padre que ha querido acompañarlo en su dolor desde el principio. Es el Padre que lo amó tanto, antes de que usted hubiera nacido, que dispuso la manera en que usted pudiera llegar a ser su hijo por la eternidad. Si acepta a su Hijo Jesucristo como su Salvador, y le pide que perdone sus pecados, se sentirá acogido en una familia mucho mejor que la que jamás pudiera haber soñado. Dios, su Padre celestial, lo abrazará con sus fuertes brazos y lo hará sentir que lo ama de verdad.
»En segundo lugar, le sugiero que le diga a su médico acerca de la dificultad que tiene para superar esa información negativa que se ha apoderado de sus pensamientos. Bien pudiera ser que todo el trauma en su vida haya causado cambios químicos sutiles en los centros de información de su cerebro, y que le convendría recibir medicamentos que estabilizaran esas sustancias químicas.
»Por último, ¡lo reto a que se defienda! ¿Cómo puede hacer para defenderse cuando ya es adulto y no puede volver a su niñez? Usted tiene a tres personas que viven ahí mismo en su hogar que todavía son niños. Tiene entonces la oportunidad de mostrarles amor y aprecio del modo en que usted no los recibió. Puede abrazarlos, pasar tiempo con ellos, y mostrar interés en sus clases y sus actividades. Cuando tenga esos pensamientos negativos y se sienta desesperado, puede optar por ponerse firme e influir positivamente en la vida de ellos. Comprométase a hacer lo posible para que, en todos los sentidos, su hogar y el ambiente en que se mueven ellos sean diferentes del hogar de su niñez y de su propia experiencia. Cada vez que vuelva a sentirse abrumado por esos sentimientos oscuros, póngase firme y haga algo positivo en beneficio de sus hijos. Niéguese a permanecer impasible y a pensar de un modo negativo. Aproveche más bien esa energía para hacer algo bueno. A medida que eso se convierta en un hábito, usted poco a poco logrará vencer el pasado y esperar un futuro brillante.»


«ELLA SIEMPRE HABÍA QUERIDO ABORTAR ME»
Por Carlos Rey.

martes, 19 de mayo de 2015

EL DRAMA DE MARÍA ES EL DRAMA DE MILES DE JÓVENES HOY. DIOS PUEDE AYUDARTE.

EL DRAMA DE MARÍA
por el Hermano Pablo

María era una bella niña de dieciséis años de edad que vivía en una de las grandes ciudades de América Latina. Una tarde ella regresó de la escuela a su casa con una honda pena. Sus padres habían salido, pero eso le era un alivio, porque la preocupación que María traía era un embarazo. A esa temprana edad María estaba embarazada y no sabía qué hacer.
Angustiada hasta más no poder, tomó una resolución drástica. Con un alambre retorcido, ella misma se hizo un aborto. Pero sufrió una fuerte hemorragia y tuvo que internarse en el hospital.
¿Qué es esto? Es el drama de cientos de miles de muchachas que como María, en plena edad juvenil —en la edad de los estudios, de los amigos y de los primeros bailes— tienen un tropiezo. Y como la naturaleza no perdona, ese tropiezo se convierte en un embarazo no deseado. Ahí comienza el drama.
¿Cómo detener esa marea creciente de embarazos juveniles? ¿Cómo curar las profundas heridas que produce? ¿Cómo ser un orientador para las jóvenes que enfrentan, todos los días, la insistencia de muchachos que no saben lo que hacen, o las inclinaciones naturales que esas jóvenes no comprenden?
Se ofrecen muchas soluciones, pero ninguna de ellas es, de veras, una solución eficaz. Todas tratan el síntoma y no la causa.
La raíz de esta tragedia es una combinación del despertar de apetitos naturales, y una sociedad dada a la inmoralidad desenfrenada que los padres les pasan a los hijos. Esto explica la degradación de nuestra sociedad.
Si hacemos caso omiso de Dios, no podemos menos que sufrir las consecuencias, y éstas producen desprecio por todo lo moral y lo puro. Por un lado somos víctimas de inclinaciones pecaminosas heredadas de la caída de nuestros primeros padres, y por el otro tenemos la flojera moral de nuestra sociedad, que ofrece un ambiente propicio para vivir en el pecado. Con razón nos estamos hundiendo.
¿Cuál es la solución? Dios. Dios en el corazón. Dios en la vida. Dios en la familia. Dios en la sociedad. El día en que toda la raza humana obedezca los mandamientos morales de Dios, habrá paz en este mundo.
¿Cómo llegamos a conocer a Dios? Por medio de su Hijo Jesucristo. Sólo tenemos que abrirle nuestro corazón y darle entrada. «Mira que estoy a la puerta y llamo —dice el Señor—. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo» (Apocalipsis 3:20). Esa es la única solución.

sábado, 11 de abril de 2015

MATE A MI BEBE, SOY CULPABLE DE ABORTAR.

«CULPABLE... Y NO PUEDO PERDONARME»
Por Carlos Rey.

En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue:
«Hace muchos años quedé embarazada (tenía diecisiete años) y tuve a mi hija, a la que amo mucho. Luego de cuatro años, volví a quedar embarazada de otro hombre, pero en esa ocasión me practiqué un aborto.... No hay día que no recuerde ni llore... y que no me duela haber tomado esa decisión.
»Ahora estoy embarazada y, gracias a Dios, mi bebé está creciendo bien y ya tengo casi siete meses. Todos los días le pido a Dios que mi bebé nazca sanito.... Sin embargo, no puedo dejar de verme como un monstruo, una criminal, un animal sin sentimientos, por lo que le hice a mi hijo. Me siento mal y culpable... y no puedo perdonarme. Soy alguien que no merece perdón, y lo único que espero es que mi historia pueda persuadir a alguna mujer [para que no se haga] un aborto, porque es algo que te sigue toda la vida y que jamás, jamás, podrás olvidar. ¡No se conviertan en asesinas de sus propios hijos!»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimada amiga:
»Gracias por advertir con tanta convicción a otras mujeres. No nos queda más que esperar que su experiencia personal llegue al corazón y a la mente de las jovencitas y mujeres desesperadas que se sienten solas y abandonadas. Tal vez sus palabras las motiven a que busquen un centro de ayuda para mujeres embarazadas. Si aún no están listas para ser madres o si no quieren criar solas a un hijo, quizá consideren la adopción como la opción amorosa. ¡El caso suyo bien pudiera salvar la vida de muchos niños!
»Usted dice que no hay día que no recuerde y lamente lo que sucedió hace muchos años. Debido a que no puede perdonarse, no deja de afligirse día tras día.
»Pedirle a Dios que la perdone por lo que usted hizo es la manera acertada de seguir adelante con su vida. Sin embargo, cuando usted le pide lo mismo una y otra vez, día tras día, con eso se está negando a creer que Dios es misericordioso y perdonador. Juan el apóstol afirmó que “si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad”.1 Cuando usted confiesa lo que ha hecho y le pide a Dios que la perdone, ¡Él la perdona! Su Hijo Jesucristo, al morir en la cruz, pagó el castigo por todo pecado que usted cometa.
»Así que usted no tiene que seguir pidiendo perdón por lo mismo una y otra vez. Si comete otro pecado, claro que puede pedir perdón. Pero jamás tiene que volver a pedirle a Dios que la perdone por haber abortado a su hijo.
»Ya que Dios la ha perdonado, es hora de que haga las paces consigo misma.... Cuando usted ora cada día, en vez de arrepentirse vez tras vez, invierta ese tiempo dándole gracias por todo lo que Él ha hecho.»